sábado, 24 de septiembre de 2016

Zoo de Luján y Museo de Transportes

El Zoológico de Luján, a 70 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y cerca del centro de Luján, es un zoológico diferente. Se encuentra sobre el kilómetro 58 del Acceso Oeste y está pensado para que el visitante pueda tener una experiencia de lo mas cercana con los animales, e incluso tocarlos.
El zoológico de Luján es un zoológico diferente, ya que el visitante puede quedarse a dormir en un sector asignado para camping, o pasar el día haciendo uso de sus parrillas o practicando deportes en cualquier rincón de las 15 hectáreas arboladas del predio.
Si en África los había apreciado de cerca en varios de los mejores parques nacionales del mundo, sentí que en el Zoológico de Luján no podía dejar pasar la oportunidad de tocarlos y sin siquiera pensarlo me metí dentro de la jaula en donde había dos ejemplares machos.
Siguiendo las instrucciones del cuidador, esperé a que el león que caminaba en círculos por la jaula volviese a pasar por el lugar en donde ahora podía tocarlo por primera vez. Siendo tan flaco suponía que el animal no se iba a fijar en mi, al menos como un bocado apetitoso.
Ya mas en confianza me acuclillé para tocar al segundo ejemplar. Estaba feliz trepando con mi mano por su musculoso muslo, y sorprendido por el tamaño de sus garras.
El otro león cambia inesperadamente el sentido de giro y vuelve a acercarse a nosotros. Mejor me quedo agachado, tratando de pasar inadvertido.
Creo que lo único que quiere es un poco de cariño. Bueno, si te pones así y te vas me quedo con el otro, que si parece aceptar el amor que tengo para darle.
¿Les conté alguna vez que el león es mi animal preferido? Seguro que alguna vez.
No me molestaría tener a una pareja bajo mi cuidado. Sería de lo mas feliz revolcándome en el pasto y jugando con ellos.
Estos leones en particular (hay 50), como sucede con el resto de los animales en el Zoológico de Luján, fueron recuperados del tráfico ilegal, los circos, el mal trato o el abandono.
Claro que al Zoo de Luján no le vendría mal un presupuesto mas holgado sobre el cual trabajar, pero con el que tienen parecen hacer las cosas del mejor modo posible. Los animales y las instalaciones están en buen estado (verdad que hay mucho para mejorar), y los empleados con los que tuve la oportunidad de hablar se manifestaban contentos de formar parte del equipo.
Los leones son (al menos para mi gusto) el plato fuerte del zoológico, pero también tienen 20 tigres de Bengala, una docena de pumas, elefantes llegados desde Sumatra y unos 50 monos sudamericanos, además de algunos burros, un serpentario y animales domésticos.
Los Guayacamayos también tienen un lugar adaptado, y ocupan un lugar especial en el corazón de los fundadores del Zoo de Luján, pues con la compra y canje de estas aves con varios criaderos sudamericanos se dio el puntapié inicial para conformar el zoológico.
Tienen sus puertas abiertas desde 1994 y muchos animales han nacido bajo su protección, si bien hay que mencionar que en varias oportunidades han acusado al zoológico de tener a sus animales drogados o en malas condiciones sanitarias.
 
No está a la altura de Temaiken (en muchos aspectos el mejor zoológico del país), pero sin duda el hecho de poder acercarse tanto a los animales suma unos porotos.
En uno de los extremos del predio funciona el Museo de Transportes del Zoo de Luján. De lejos parece un montón de chatarra. Al menos para los que no están al tanto de su presencia. Sin embargo a medida que nos vamos acercando vamos descubriendo algunos transportes inusuales como un 4x4 de 1916 marca Latil de origen francés que podía mover los dos ejes para el mismo lado, locomotoras, carros de uso agrícola y automóviles varios.
También hay una interesante colección de tractores, muchos de ellos de finales del siglo XIX, entre los que destaca un enorme tractor Clayton de 1903 que funciona a vapor. Uno de los viejos tractores Pampa, los primeros de industria nacional, también despiertan simpatía entre los visitantes. Se trataba de un diseño basado en el Lanz fabricado en Alemania que llevaba una mecánica simple con un motor de 2 tiempos fácil de reparar, tal como necesitaba un país agro ganadero como es Argentina. Lo cierto es que de nacional tuvo poco, ya que desde la primera hora Fiat estuvo involucrada en la fabricación de las poco mas de 3.000 unidades que vieron la luz.
En total tienen expuestos (la mayoría a la intemperie) mas de 350 unidades, de las cuales hay un gran número restaurado por los especialistas del lugar, que se encuentran en orden de marcha.

Quizás resulte raro que este museo comparta el predio con un zoológico, pero aquellos amantes de los fierros que estén dándose una vuelta por el Zoo de Luján van a sentirse a gusto.

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