sábado, 20 de junio de 2015

La Puerta de Ishtar (un cacho de Babilonia en Berlin)

El Museo del Pérgamo  en Berlin está dentro de la fantástica Isla de los Museos (Museumsinsel), que en 1841 creara el Rey Federico Guillermo IV de Prusia para albergar las colecciones de arte y arqueología del reino, antes de que estas pasasen a dominio público en 1918.
En la isla sobre el río Spree hay cinco museos y una galería, que llevan al visitante desde la antigüedad hasta el siglo XIX, para un mayor entendimiento del arte europeo. El del Pergamonmuseum fue el último de esos museos en concluirse. Fue inaugurado en 1930 alrededor de las propias obras de arte, por lo que el lugar que encuentran para exponerlas esta literalmente hecho a medida, y no adaptadas al lugar como ocurre en la mayoría de los museos del mundo.
Desde 1999, integra la lista de sitios UNESCO Patrimonio de la Humanidad de Alemania.
El Museo del Pérgamo se divide a la vez en otros tres museos, pero hoy solo quiero hablar de uno de sus patrimonios mas famosos, La Puerta de Ishtar, ubicado en una de las alas  del lugar conocida como Museo de Oriente Próximo, sin duda uno de los museos que guardan lo mas valioso de nuestro pasado. No en vano este es el museo mas visitado de Berlin, una ciudad que siempre se destacó por su oferta cultural
Una de las varias joyas del Pérgamo es La Puerta de Ishtar, construida por Nabucodonosor II en 575 a.C. que fuera una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.
Esta era una de las ocho puertas monumentales de la muralla interior de Babilonia, y era para uso del rey y del pueblo todo, o para usar durante las procesiones y festejos de año nuevo. Esta era la última puerta a la ciudad a la que se llegaba tras sortear un complejo sistema defensivo que terminaba en un gran patio en donde estaba La Torre de Babel, otra de las joyas del mundo antiguo, hoy desaparecida.
Avenida de los Leones en Babilonia, Irak.
Los restos de la puerta fueron descubiertos por los alemanes durante las expediciones arqueológicas que realizaron en Baja Mesopotamia (actual Irak) entre 1902, y 1914, cuando comenzaba la Primera Guerra Mundial. Una investigación  a cargo del profesor Robert Koldewey, el descubridor de Babilonia, uno de los acontecimientos arqueológicos mas importantes del siglo XX.
Los restos de la muralla como de otros cientos de miles de objetos fueron llevados a Alemania para su reconstrucción y estudios.
Desde 1930 se exhibe la puerta en el lugar concebido para tal fin: El Museo del Pérgamo.
 Cada una de las antiguas puertas de entrada a la ciudad de Babilonia, "la puerta de los dioses",  estaba dedicada a una deidad diferente. La Puerta en homenaje a Ishtar (diosa de la fertilidad, del amor y curiosamente también de la guerra) era la mas importante de de ellas. Llegaba allí, al núcleo mismo del imperio de los Babilonios, donde miles de años atrás estaba el gran patio que albergaba al venerado Templo de Bel, punto exacto desde donde impartían las celebraciones religiosas propias del año nuevo. Por sus bellos colores y la calidad de los trabajos, esta puerta sobresalía del resto de las construcciones.

La Puerta de Ishtar está reproducida a escala real, hecha toda de barro(adobe)y de ladrillos. No había piedras ni madera en la Mesopotamia, aunque esta última parte de la muralla estaba techada con paja sostenida por  columnas de cedro probablemente llegadas desde el norte del continente. Las murallas iban variando su altura entre los 10  los 14 metros y con muros que alcanzan los 10 metros de ancho.
Debe haber sido increíble para locales y visitantes ver el brillo del sol reflejado sobre esos ladrillos azules y vidriados cubiertos en Lapizlasuli molido, en contraste con los dorados, tan bien ornamentados, mientras se iba acompañados por centenares de figuras de animales reales y mitológicos en la espléndida Avenida de los Leones. El Reino de Babilonia, a 110 kilómetros de Bagdad, la actual capital de Irak, y a orillas del Río Eufrates, estaba viviendo su mejor momento e iba entrar por siempre en los anales de la historia del mundo antiguo, dejando importantes huellas de su cultura como son el Código Hammurabi (uno de los testimonios escritos de leyes mas antiguas del mundo), la desaparecida Torre de Babel, la Puerta de Ishtar o los míticos Jardines Colgantes de Babilonia.
El rey Nabucodonosor II, conocido como "El Grande", quien muchas veces conquistó Jerusalem asediando a los judíos, fue el mayor responsable de esta serie de memorables construcciones.
Lo que mas llama la atención es el Dragón de Babilonia, un animal de lo mas raro, cuyo cuerpo esta cubierto de escamas y lleva cuernos, garras de león, patas de águila. Tiene lengua de serpiente y una larga cola. El Sirrush es un ser del que no se tienen pruebas pero del cual existen textos, incluso en la Biblia, que intentan hacernos creer de su existencia. Era el guardián tutelar de Babilonia.
En África Central se han encontrado ladrillos idénticos a los usados aquí y menciones de una bestia semejante que habita los inaccesibles pantanos y lagos del Congo.
Varios de estos pedazos que alguna vez formaban parte de la muralla de Babilonia estaban expuestos en el Museo Nabucodonosor y antes de su cierre en 2003 habían sido trasladadas por seguridad al Museo Nacional de Bagdad en donde finalmente fueron robadas. Por suerte partes iguales se encuentran en otros museos de ciudades del mundo como Detroit, New York, Boston y Estambul.
Tras la caída de Saddam Hussein, una réplica de la antigua muralla se encuentra en Irak en el mismo emplazamiento que alguna vez ocupara la original, mientras desde el gobierno quedan a la espera de la restitución de la original diseminada por el mundo.
La entrada de €12 (incluye audioguía) al Museo del Pérgamo sólo sirve pare recorrer este museo. El resto de las entradas a los otros museos se puede comprar en forma individual, o conseguir una de las tarjetas que permiten acceder con moderado descuento a todos los museos de la isla.
Las mejores maneras de llegar en transporte público, con cualquiera de las opciones que ofrece la ciudad, tales como los tranvías, los autobuses o el subte.

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