jueves, 21 de noviembre de 2013

El Pucará de Tilcara

En un lugar de paso casi obligado para los que gustamos de recorrer este sector del noroeste, se encuentra Tilcara, solo uno de los muchos pueblos interesantes repartidos que hay en los alrededores de la Quebrada de Humahuaca, en la provincia de Jujuy, en Argentina.

Tilcara esta considerada la Capital Arqueológica del Noroeste Argentino, por que se sabe que bajo sus tierras quedan aún muchos tesoros por descubrir.

El Pucará de Tilcara estaba en una zona de difícil acceso defendido por agresivos acantilados. Desde esa altura (2.500 msnm)  lograban buenas vistas sobre los cerros, y los dos únicos caminos por donde era posible cruzar el Río Grande. Allí, los Tilcaras encontraron el lugar ideal para construir su pucuará (o fortaleza). Aquí es donde estaban construidas las casas de los habitantes de lo que fue unas de las mas grandes poblaciones prehispánicas que habitaron la Quebrada de Humahuaca, sitio que es Patrimonio UNESCO de la Humanidad desde 2003.

No todo el día se estaba en guerra, por lo que el pucará cumplía otras importantes funciones en el ámbito social y religioso de los pobladores, como lo demuestra el lugar para ceremonias de esta fortaleza que cuenta con unos 900 años de antigüedad.
Allí habían viviendas para los ciudadanos con altos rangos, corrales para sus animales, y cementerios.
Los restos arqueológicos fueron descubiertos en 1908 por Juan Bautista Ambrosetti. Solo aquí, el etnógrafo sacó mas de 3.000 objetos que permitieron aprender mucho sobre la cultura local de los Tilcaras.

En el mismo lugar en donde están las construcciones del pucará se encuentra un maravilloso y singular Jardín Botánico de Altura.  Este paseo puede llevar mas tiempo del que uno supone, ya que posee una gran cantidad de plantas de la región entre las que se destacan las cactáceas y las plantas xerófilas que crecen sólo en la puna y en la quebrada circundante.
En el centro del Jardín Botánico hay una piedra que emite un sonido muy parecido al de una campana. No se como es esto posible, pero el sonido es metálico y muy real. Me quede un buen rato dándole golpes a esta roca.
El pueblo de Tilcara esta muy presente en la cultura del rock nacional Argentino. Aquí se filmo "Cuando pase el temblor" de Soda Stereo, y tanto Los Fabulosos Cadillacs como Intoxicados la nombran en algunas de sus cancioens.

Nos despedimos una vez mas. Será hasta la próxima, Tilcara, por que entre vos y yo, siempre hubo una vez mas.

Video oficial de Soda Stereo "Cuando pase el temblor"

sábado, 9 de noviembre de 2013

Pasando la tarde en una plantación de Marihuana.

Había hecho un alto en el camino para darle nuevas indicaciones a mi GPS luego de otro intento fallido de encontrar una maldita playa en Jamaica.
La ventana de mi lado estaba completamente abierta y mi mente concentrada en la pequeña pantalla del dispositivo, cuando a mi costado apareció Ingram.

El estado avanzado de las cataratas hacían que sus ojos fueran casi blancos, imprimiéndole a su rostro moreno una estampa de terror.
Apoyándose en sus brazos sobre el marco de mi ventana me saluda preguntándome de donde soy y hace cuanto estoy acá. Las típicas patrañas. Me ofrece un combo de drogas, prostitutas, cualquier cosa que podría dejarle una comisión. En Jamaica son insoportables, por eso es poco común que el viajero se mueva solo.
Me niego a toda oferta y termino mi faena mientras el hombre, de unos sesenta años (lo cual es mucho para el país) seguía mostrándome su marihuana y sus bolitas de hashish.

Era simpático y me gustaba como reía. Nos quedamos hablando un rato, y cuando me ofreció conocer una plantación de marihuana, me pareció un buen programa para terminar el día y agregarle valor a mi visita con un nuevo tour temático ;)

Ya man. No problem. Te va a costar un poco de dinero ya que nos va a llevar un par de horas. Me dice.

Por supuesto. No esperaba lo contrario.
Arreglamos una cifra que no fue barata, pero si moderada. Me invitó a su auto pero encontré mas seguro ir en el mío.

Sobre la costa el sol brillaba, pero cuando nos internamos en las montañas noté que hace poco había llovido, y copiosamente.
El camino se hacía angosto e Ingram me indicaba en que pozo prestar atención, o en que curva tener cuidado (take your time, take your time).

A mitad del periplo me hizo frenar y un chico de unos diez y siete años se subió al auto. No me gusto y no es la primera vez que me pasa viajando, pero todavía sentía que podía controlar la situación y de momento confiaba en Ingram, así que seguimos camino cuesta arriba entre las montañas avanzando con el sonido de los charcos y del piso mojado.

Hablaban entre ellos en Patois (Patwa) o Creole. Una interlingua que permitía comunicaciones simples entre los esclavos africanos que no tenían una lengua en común, y que hoy es ampliamente hablado en Jamaica y en otras islas del Caribe.

Unas casas afloraban como hongos a un costado del camino por entre la exuberante vegetación. Ingram saludaba a diestra y siniestra. Estábamos llegando. Era el momento de bajarse del auto.

Ain´t got no shoes, me dice Ingram, mientras yo miro y le señalo sus sandalias.

Me manda a seguir al chico, que era levemente deforme y casi no hablaba Inglés (el idioma oficial de la isla). Yo lo sigo por el embarrado y angosto sendero.

No había pasado un minuto y ya estaba empapado en sudor de la cintura para arriba, y del agua de las hojas y barro en mi mitad inferior. 

Nos íbamos abriendo paso entre la densidad de la jungla, por un sendero patinoso que requería de mi constante atención. Ahí entendí por que Ingram no quería venir. 
Me iba agarrando de las lianas y trepando piedras de tanto en tanto. Cruzamos dos pequeños claros y sorteamos dos alambres de púas que estaban casi echados en el piso, y casi sin darme cuenta estaba rodeado de miles de plantas de marihuana que ya venía oliendo desde lejos.


Las plantas habían sido sembradas hace pocas semanas, pero el clima súper tropical de la isla no puede ser mas apto, y casi que se las escucha crecer. En solo tres meses estarán listas y toda la aldea recibirá réditos en el momento de la cosecha. La plantación es un secreto que a todos les conviene mantener. El comercio esta controlado por bandas de delincuentes. Esta práctica es común a lo largo y ancho de Jamaica y se repite en otras islas del Caribe.



Cabe recordar que la marihuana es ilegal en Jamaica. Por mas que fumar sea parte de la idiosincracia del país, la tenencia, compra, venta, etc de marihuana esta severamente penada por la ley. Además en Jamaica hay mucha gente religiosa que se opone al consumo de Cannabis y a la imagen que se tiene de Jamaica en el mundo gracias a los Rastafaris.

Claro que se consigue en todos lados con suma facilidad, si es esa la razón principal por la cual muchos vienen a este país. Su consumo esta realmente presente en cada bar, en cada calle, pero cuidado. La marihuana sigue siendo ilegal, y la policía corrupta.



Entre las plantas habían unos pocos tubos plásticos que llevaban agua y varios de estos secadores en donde limpian de ramas las plantas antes de su comercialización.

Cuando apareció sin que lo viera venir, el jefe de la aldea, ya no quise continuar ahí. Aunque siempre se mostró amigable, e incluso explicativo, no me gustaba el machete curvo y oxidado que tenía en su mano derecha. Estaba entre dos desconocidos que no me caían bien, y ya había visto lo que quería ver.
Indique al chico que nos íbamos de ahí mientras agradecía al jefe de la aldea por permitirme ver su plantación. No quería problemas.

El camino de vuelta siempre es diferente, y transcurrió en silencio con alguna que otra patinada y con las primeras gotas de una lluvia que nos acompañaría todo el recorrido de vuelta hasta la ciudad.

Dejamos al chico ahí, y como también quería unos Dólares, le pagué deduciendo esto de lo que le iba a dar mas a tarde a Ingram, lo cual me costó una discusión con él, que poco me importo. No le di un centavo más.

Al rato éramos amigos nuevamente, y yo seguía disfrutando de su risa.




miércoles, 6 de noviembre de 2013

Visitando la casa mas embrujada de todas

Annie Mae Patterson llego joven desde Haití para casarse con John Palmer. No paso mucho tiempo hasta que acuchillo mortalmente a su marido haciéndose de todos sus bienes. Ahora era dueña de una de las plantaciones mas importantes de caña de azúcar de todo el Caribe, y tenía 2000 esclavos propios.

Annie practicaba voodoo (vudú) y tenía mas poder que cualquier Hougan (chamán) o bokor (sacerdote dentro del voodoo), por eso no tardo en hacerse conocer como "La bruja blanca de Rose Hall".
Con sus ritos de magia negra, que incluían huesos de niños, mantenía atemorizados a sus esclavos a quienes además castigaba físicamente ante la menor indisciplina. Lo que mas disfrutaba era marcar sus espaldas a fuego o cazarlos si intentaban escaparse. A muchos los tomaba de amantes, y cuando ya no les satisfacían sexualmente, los mataba sin mas. Se dice que mil esclavos pasaron por sus manos. Sabían que si iban para la casa era para no volver.

Mientras disfrutaba de su sadismo, encontro a un segundo marido a quien invito a su casa. Este hombre fue torturado y envenenado por la bruja blanca, que dio la orden a sus esclavos de enterrarlo junto a su primer marido bajo las mismas blancas arenas.
Un tercer marido fue estrangulado por las mismas manos asesinas de Annie Palmer y nuevamente sus esclavos lo enterraron junto a los dos primeros.

Esta es su casa, donde aún hoy habita su fantasma haciendo de ella la mas famosa casa de Jamaica y la mas embrujada del hemisferio  occidental. Los investigadores paranormales que han identificado mas de 40 espíritus vagando por la Mansión de Rose Hall.


La casa de estilo georgiano es de 1770 y es de las pocas mansiones importantes que se mantienen en pié tras la rebelión de los esclavos, en donde quemaron unas 700 propiedades de los dueños de las plantaciones de azúcar.
Esta en Rose Hall, a medio camino entre Montego Bay y la ciudad de Ocho Ríos en el norte de la isla. Se accede por un lindo camino en subida con una cancha de golf a un costado y árboles de buen porte.

La casa conserva mucho de su mobiliario original de caoba, y las viejas tablas del piso hacen tanto ruido que parece que alguien viene detrás, y lo peor es que podría ser cierto.



Corrían tiempos de cambio, cuando Gran Bretaña abolió la esclavitud. Los colonos británicos de la isla trataron de retrasar lo máximo posible la implementación de las nueves leyes para seguir con la mano de obra gratuita.  Como algunos esclavos habían sido liberados, se corrió la voz y la tensión no tardo en hacerse presente en cada una de las plantaciones. Era el momento de la venganza; de exteriorizar tanta ira reprimida y sufrimiento.

A la mansión de Rose Hall la furia llego con todo y una turba de esclavos subio las escaleras para cobrarse la vida de la hechicera y mutilar su cuerpo para diezmar su poder. Luego fue violada y arrojada por la ventana.
Annie debe haber desplegado sus poderes No sabemos que paso con sus asesinos.
El cuerpo de Annie Palmer dejo de existir, pero no su espíritu, que sigue gobernando la casa. Su casa.

Mientras esperaba que un grupo guiado avance, subí furtivamente por las escaleras para fotografiar la planta superior. Era imposible moverse sigilosamente por el ruido que hacían las tablas de madera del piso. Al minuto una voz me sorprende preguntándome si tenía autorización del manager para estar ahí. No saben el susto que me pegó. Se ve que este intento de bruja si sabía donde pisar, por que no la escuché venir.

Algunas de mis fotos salieron negras. Voy a revisarlas con atención. ¿Quien sabe? Quizás me traje una fotografía del fantasma de Annie Palmer, a quien no quiero conocer.
Dicen que durante los trabajos de restauración aparecieron manchas de sangre en las paredes de esta habitación, en donde Annie Palmer mato a su primer marido y a varios de sus amantes esclavos. Todos los obreros lo vieron.
Alguien la enterro en una tumba rodeada por tres cruces que tenían que contener el espíritu de la bruja, pero Annie Palmer logro fugarse y volver a su casa, la cual nunca mas volvió a ser habitada producto de las múltiples apariciones fantasmales que con rutina suceden. Cientos de turistas lo aseguran.

Johnny Cash nos explica el origen de la leyenda de Annie Palmer con una balada que lleva su nombre. Una de varias canciones en honor a esta bruja.
La banda Coven, impulsores del Rock Satánico, de la cual Black Sabath toma mucho mas que el nombre, también tiene un tema dedicado.


viernes, 1 de noviembre de 2013

Un comienzo imperfecto en Jamaica

Cuando me desperté esa mañana en South Beach, una hora antes del check-out del hotel, todavía no sabía que iba a hacer. Esa noche era Halloween y todo Miami estaba vestido para la ocasión. Encontrar un hotel y diversión iba a ser fácil, pero ya llevaba algunos días ahí, y es un lugar al que vuelvo todos los años.

En un rapto de astucia, reserve un pasaje y en menos de diez minutos estaba arriba de un taxi camino al aeropuerto para irme a Jamaica.

Todos los empleados del aeropuerto estaban disfrazados, y cuando llegue al mostrador de American Airlines me encontré además con que el precio de mi pasaje estaba rebajado unos cientos de Dólares. El día había empezado bien.

Me toco asiento sobre el pasillo y al lado de una vieja ultra inquieta y de malos modales que comía de una bolsa uvas. Cuando hubo terminado, comenzó a comer con dos dedos una torta con crema, y cada tanto mordía pedazos de panceta, que guardaba con las uvas y la torta. Sin disimular limpiaba sus dedos bajo el asiento mientras se echaba para adelante.
Nos dieron para llenar un formulario, en el que llene todos los casilleros menos el del lugar en donde me iba a quedar, pues no contaba con reserva alguna, y mi idea era visitar un par de hoteles a ver cual me gustaba, pero aún no sabía a donde.

Cuando me estaba quedando dormido, tocamos pista. Llegamos a Kingston, la capital de Jamaica.

En la cola de migraciones una empleada me advirtió sobre mi lugar de alojamiento, por lo que hice que miraba el teléfono, pense en la ciudad con los mejores alojamientos y como no conocía dirección alguna puse Hilton Montego Bay.
Cuando llegue a ventana, la oficial desconfió de mi Hilton, y como nadie lo conocía, me pidió que lo comprobara. Uh, que rompepelotas!
Por supuesto que no podía comprobarlo. Como no podía abrir el inexistente mail en mi teléfono, me llevaron a un cuarto en donde me prestaron una computadora con las letras del teclado muy gastadas (no debo haber sido el único),  desde ahí reserve  rápidamente un hotel, obligadamente en Montego Bay, pues allí dije que iba. 4 estrellas, wi-fi y estacionamiento. Ni miré y anote los datos que me eran requeridos. Para ese momento no quedaba nadie en el aeropuerto, así que fui en búsqueda de mi valija abandonada, y me presente nuevamente en migraciones que me dejo pasar. Rayos X a la valija y me acerco, ya pronto para irme, a la zona de alquileres de autos. Me hago de un Toyota Corolla en una de las grandes agencias y voy a la competencia para alquilar un equipo de GPS sabiendo que en las rutas iba a haber poca información.

Volante a la derecha otra vez, y a manejar por la izquierda, solo que aquí los conductores son suicidas y te pasan por ambos costados mordiendo banquina, cuando hay.

Tras salir de Kingston y tomar la que debe ser la mejor ruta de Jamaica, erré mi salida y el GPS me pidió seguir por 16 millas. Lamentablemente, nunca pude subirme nuevamente al autopista, y me toco cruzar cientos de barrios, siempre por zona urbana, que me obligaba ir atento a la gente, a las cabras, y a los enormes pozos tapados por agua.

No tarde en darme cuenta la insólita cantidad de perros muertos que hay sobre las carreteras de Jamaica. Hay que manejar aquí muy atento pues el peligro es constante. Las rutas son de un angosto carril por mano y no hay banquinas que dejen lugar a errores. Las ramas de los arboles invaden las vías y van sopapeando el vehículo, que ahora entendí por que esta todo rayado.

A medida que iba adentrando en la isla, cruzando las montañas, la vegetación era tan cerrada que a las 5 de la tarde ya no veía nada. El olor a hojas quemadas se metía en mi habitáculo, y cada tanto había que frenar en los puentes cuyo ancho es para un solo vehículo.

Cuando comenzó a llover descubrí que mi limpia parabrisas poco agua barría, y tras un  millar de curvas y contracurvas, subidas, bajadas, logre llegar a mi puto hotel de Mobay, como le dicen los locales a Montego Bay. Ya era de noche y había aterrizado a las 12 del mediodía.
Me dieron un cuarto cómodo pero feo, con vista al mar y al... ¿Que es eso? el aeropuerto.... Lo que es hacer las cosas a las apuradas. Kilómetros de playa, y mi hotel frente al aeropuerto. Tampoco andaba el Wi Fi y era el único huésped. No que me importase.

- "Mester", me dice el recepcionista, - "Wot yu waneat? Got Chicken, got pork ... Yu sayme. I bring yu".
"Whaarels u wat, eh? "- guiñó su ojo tres o cuatro veces.

Para no seguir hablando elegí pollo, y como la oferta era tan variada, pedí pure de papas. Me recomendo en cambio acompañarlo con porotos. Whatever, dale. Que sean porotos entonces.

A los 40 minutos me tocan la puerta para avisar que no iba a poder comer. O.K. Que te parió. Voy a seguir aplastando bichitos contra la mesa, entonces.

A los cinco minutos vuelven a tocar la puerta. ¿Ahora que?
Cuando abro me encuentro con una señorita ancha y de enormes y sugestivos pechos que casi colgaban por fuera de su blusa.

- "Heybabe wotyadoing?"
Yo no entendía nada. Me habían mandado una puta al cuarto.
Le di USD 10 y la mande de vuelta.

Regule el aire acondicionado y agarre mi libro de Paul Theroux (The lower river). No lo quería terminar. Preferí dormir.
La tecla de la luz nunca la pude encontrar, por lo que dormí con la luz prendida, y ahora les escribo con la luz apagada, pues sigo sin encontrarla.

No pude hallar a la mañana siguiente un lugar en donde desayunar. Ya probando en las estaciones de servicio pase por al lado de dos tipos y al segundo se estaban matando a golpes, y solo eran las ocho de la mañana.

Conseguí mi desayuno y creo que a partir de ahí todo empezó a mejorar, salvo por el abejorro que se metió en mi auto y que me obligo a frenar para que salga, algunas picadura de hormigas coloradas y dos o tres resbalones , por que aquí llueve todos los días pero los pisos son patinosos.
Pero en este post solo hay lugar para la queja, si no le tengo que cambiar el título.